Gracias a Roberto



A Roberto
(* 28.08.82 † 26.05.95)

Gracias...
...pues en tu vuelo hacia el Amor
con tus bellas alas
de universal mariposa,
nos has descubierto y acercado
cada día a Dios.
¡Eres Luz y Amor!





NO LLORES SI ME AMAS

¡Si conocieras el Don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes,
los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo,
la belleza ante la cual todas las otras bellezas palidecen!.

Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras, y

¿no te resignas a verme y amarme en el país

de las inmutables realidades?

Créeme, cuando la muerte venga a romper tus ligaduras
como ha roto las que a mi me encadenaban,
y cuando un día que Dios ha fijado y conoce,
tu alma venga a este Cielo al que te ha precedido la mía,
ese día volverás a ver a aquel que te amaba y que siempre te ama,
y encontrarás su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado, extasiado y feliz,
no ya esperando la muerte, sino avanzando contigo,
a quien llevaré de la mano por los senderos nuevos
de la luz y de la vida,
bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar

del cual nadie se saciará jamás.

¡Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas!

(San Agustín)





Roberto era un alumno aventajado de piano.

El mismo día de su muerte obtuvo matrícula de honor en 4º curso de piano, instrumento que tocaba desde los 5 años.

Poco antes de su marcha interpretaba a la perfección la música que se puede oír en esta parte y en la dedicada a "el duelo en los niños": Szonatina - Sonatine de T. Haslinger

En su honor, es ahora interpretada por Javier, compañero de conservatorio y hoy profesor de piano y solfeo, a quien brindamos nuestro más profundo agradecimiento por su desinteresada colaboración